Winter.

Desde mi ventana todo se ve tan diferente de como es... No me gusta mirar, siempre acabo creyéndome lo que veo y luego llega el momento de despertar del sueño, el peor momento. Me acabo dándome cuenta de que todo lo que observo a fuera es diferente, y siempre acabo preguntándome porque no será todo como se ve desde mi ventana. Y es que todo es de color de rosa, las nubes adquieren un color entre lila y rosa, y se esconden detrás de un gran sauce que, a pesar de las casas, los tejados y los cables eléctricos sigue en pie en mi ventana. Nunca sabré a donde pertenece, ni en que lugar tiene plantado sus raíces, pero siempre será el árbol de mi ventana.Gracias a él me fijo en el movimiento de las nubes y así puedo darme cuenta de si el día esta frío o no corre ni una gota de aire. Aquí todo es distinto, el canto de los pájaros es mucho más dulce y bonito, cuando sales a la calle los pájaros se han esfumado por arte de magia y lo único que escuchas, a pesar de que son las 8 de la mañana, son los coches pasando sin cesar por las carreteras principales.
Por eso adoro mi ventana, porque al fin y al cabo siempre acabo viendo la cara buena del día. Cuando el sol ya se esconde y no quedan pajaritos que escuchar se baja el telón de mi función y empiezo a soñar con que mañana será un día mejor.

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