Eres sol de invierno.

Eres sol de invierno porque calientas en los días más fríos, porque me das luz los días más oscuros, porque buscas mi bienestar cuando sabes que estoy a oscuras. Ya sabemos que mi vida ha sido una sucesión de momentos que han hecho que unos días este tan arriba y otros tan abajo. Una mezcla de emociones un tanto heterogénea que no ayudaba para nada a aclarar mi estado de ánimo. Pero aún así con las dificultades, los pros, los contras... Tu me has hecho caminar por esa montaña rusa con los ojos cerrados. Has conseguido hacerme bajar hasta lo más profundo para después tomar impulso y subir hasta lo más alto. Y créeme lo sigues haciendo, y sabes y sé que este círculo vicioso nunca cesará.

Cuidas de mi como nadie pero también haces que mi ira se propague por todo mi cuerpo. Parece irreal o poco probable pero te aseguro que lo consigues.

Fuiste un rayo de luz en esa oscuridad, la esperanza que necesitaba para poder salir y respirar un nuevo aire, un aire que no estuviera intoxicado por todo mi pasado.

Y es ahora, cuando recuerdo todo lo que hemos vivido que caigo en la cuenta de que no te he agradecido lo suficiente. No te he agradecido todas las veces que me has salvado de caer, de caerme por ese precipicio que parecía no acabar nunca.

Te quiero tardes.