Background.
Volvemos al punto de partida de hace tanto tiempo. Parece mentira que vuelva estar aquí, sentada, frente a una hoja en blanco intentando encontrar las palabras para expresar lo que siento.
Deje esto medio abandonado porque tenía la esperanza de que ya no necesitaría poner en orden mis pensamientos. Pobre ilusa, pensando que ya estaba todo solucionado y lo único que estaba haciendo era tocar la punta de ese gran iceberg.
Que inocente aquella niña que pensaba que todo se arreglaría en un instante que pareció una eternidad.
Creo que la ansiedad, el miedo e incluso los momentos depresivos por los que he pasado no es un tren con paradas del que puedas bajarte sino que es un tren de alta velocidad que nunca para y recorre una y otra vez tu mente.
Si tuviera que definir solamente con una palabra mi estado de ánimo actual sería: decepción. Decepcionada conmigo mismo. Como tantas otras veces.
Todos estos años, el dolor, las experiencias, los ataques de pánico, irá y ansiedad... Siento que he pasado por un erial de espinas que aún no ha terminado y que siempre regresará.
Después viene aceptación de saber que seguiré estando en esta situación casi de por vida. Sabiendo que la mitad de mi tengo que cambiarla, asumir la vida tal y como viene, aprender de los demás y seguir creciendo. Creciendo porque en el fondo sigo siendo una niña que aún no se encuentra.
Tras esa aceptación llega la tristeza. Tristeza por tener que volver a pasar por esto una vez más, sabiendo que no será la última. Y suplicando que, esta vez no se lleve nada, tan solo mi pena.
Deje esto medio abandonado porque tenía la esperanza de que ya no necesitaría poner en orden mis pensamientos. Pobre ilusa, pensando que ya estaba todo solucionado y lo único que estaba haciendo era tocar la punta de ese gran iceberg.
Que inocente aquella niña que pensaba que todo se arreglaría en un instante que pareció una eternidad.
Creo que la ansiedad, el miedo e incluso los momentos depresivos por los que he pasado no es un tren con paradas del que puedas bajarte sino que es un tren de alta velocidad que nunca para y recorre una y otra vez tu mente.
Si tuviera que definir solamente con una palabra mi estado de ánimo actual sería: decepción. Decepcionada conmigo mismo. Como tantas otras veces.
Todos estos años, el dolor, las experiencias, los ataques de pánico, irá y ansiedad... Siento que he pasado por un erial de espinas que aún no ha terminado y que siempre regresará.
Después viene aceptación de saber que seguiré estando en esta situación casi de por vida. Sabiendo que la mitad de mi tengo que cambiarla, asumir la vida tal y como viene, aprender de los demás y seguir creciendo. Creciendo porque en el fondo sigo siendo una niña que aún no se encuentra.
Tras esa aceptación llega la tristeza. Tristeza por tener que volver a pasar por esto una vez más, sabiendo que no será la última. Y suplicando que, esta vez no se lleve nada, tan solo mi pena.
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