Generalmente la vida, la felicidad, los buenos momentos se esfuman en un suspiro y se consumen tan rápido como una calada a un simple cigarro encendido.
Me gusta la comparación que existe entre un cigarro encendido y el transcurso de la vida. Ambos se consumen rápido y si prestas atención a esos pequeños detalles te das cuenta de como poco a poco se va esfumando, en tan solo un suspiro. Tanto la vida como el placer de dar una calada a un cigarro tienen riesgos como la muerte y en algún momento pueden llegar a atravesarse pero durante el periodo en el que se transcurre, tanto la vida como una calada, simplemente eres un hombre más en el mundo sin pensar en todos los problemas que encierra tu mente.
Pero siempre llega ese momento, siempre existe el filtro final que emponzoña tu vida y ahí es donde todo termina, donde todo acaba sin más.
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